¿Cuántos problemas has tenido a lo largo de tu vida, cuántas situaciones desagradables o infortunios te han sucedido que te han hecho sufrir y hasta has querido rendirte? Te apuesto que bastantes.
Me queda claro que la vida siempre nos traerá situaciones sobre las cuales preocuparnos, enfermedades, recibos que pagar, desamores, accidentes, deudas, crisis, etc. Y claro, cuando nos topamos con este tipo de situaciones queremos que se solucionen a la brevedad posible y que todo vuelva a la normalidad.
Queremos que todo siempre esté perfecto, sin ninguna complicación. ¿Quién no quiere una vida tranquila y sin problemas? Pero cada vez que observo a mi alrededor veo que una vida sin contrariedades o perfecta realmente no existe.
Siempre tendremos algo que resolver y una vez que lo resolvamos no tardará mucho tiempo en aparecer algo más, en venir la siguiente “situación problema”. Y entonces, ¿tengo que vivir preocupado, intranquilo e infeliz todo el tiempo, así quiero vivir? Mi respuesta es un rotundo no.
¿Cómo le hago entonces para encontrar la paz dentro de todo este caos? ¿Cómo le hago para disfrutar mi vida incluso cuando todo parezca derrumbarse? La solución es simple, solo eligiendo. ¿Y cómo puedo elegir?, sencillamente cambiando mi atención.
Tenemos la costumbre mientras estamos inmersos en un problema de darle vueltas constantemente y a toda hora. Lo repasamos, lo repensamos y lo traemos presente todo el tiempo. De pronto lo vemos sin salida y cada vez más grande. Nos empieza a llenar una sensación terrible de desasosiego y desesperación. ¿Te ha sucedido, te has sentido así con cierta situación?
Lo anterior es debido a que tienes toda tu atención puesta en el problema, tanto que no te deja respirar, ocupa toda tu energía, te desgasta, te agota a más no poder. Y lo más feo de todo es que el problema sigue ahí intacto, sin resolverse o incluso, más grave aún.
Lo más ilusorio de todo esto es que queremos resolver el problema con la misma mente que lo creó. Queremos que nuestra mente preocupada, llena de miedo y de angustia lo resuelva. ¡Qué gran locura! ya que una mente tranquila, relajada y en paz es mucho más efectiva, así que empecemos por ahí.
Suelta esa situación, suelta tu problema, deja de brindarle el 100% de tu atención. Claro toma acción, da los pasos necesarios para que se resuelva pero una vez que lo hagas deja de traerlo cargando en tu mente a cada momento. Déjalo en manos de quien le dará solución. ¡Suelta el control!
Solo tú tienes el poder de decidir en qué enfocas tus pensamientos. Los seres humanos somos seres caóticos por naturaleza, por adoctrinamiento, pero más que nada por elección. Nos gusta vivir en la lucha, en el problema, en la tristeza, en el drama por eso lo elegimos.
Todo en esta vida es una elección. El amor es una elección, la paz es una elección, la felicidad es una elección, así como lo es el odio y el sufrimiento. ¿Tú que eliges constantemente? ¿En dónde estás poniendo tu atención? Cambia tu atención y cambia tu manera de vivir.
En el poder de nuestra atención está la clave para experimentar la vida que tanto deseamos. Ni en el dinero, ni en la pareja, ni en el prestigio, ni en nada externo a nosotros. Todo está en nuestra mente y en nuestro corazón. Sé consciente de ello y disfrutaras tu existencia al máximo.
Todo está ahí para ti. La paz está ahí, el amor está ahí, la felicidad está ahí pero también sus opuestos. Eres tú quien se permite acceder a todo ello, eres tú quien elige qué camino tomar.
La vida es una elección constante, ¿Dónde quieres permanecer la mayor parte del tiempo? ¿Cómo estás eligiendo vivir y experimentar?