Viernes, 03 Mayo 2024

A APRENDIZAJE

El valor de poder elegir

Si naciste, creciste o viviste lo suficientemente en México, seguro habrás escuchado la frase:

¿Qué vas a querer: papas con huevo, o huevo con papas?, evidentemente es lo mismo, pero dicho así y cambiando el orden, pareciera que hay de dónde elegir. Y los mexicanos -de una manera bastante graciosa- entendemos con esa frase, que, en realidad, solo hay una opción.

En la psicología popular y temática de auto-ayuda, se dice que cuando solo hay una opción, en realidad el individuo no elige (o sea no hay de otra), que cuando se presentan 2 opciones ante nosotros, se puede volver un dilema elegir esto o lo otro. Y que es a partir de tener 3 o más opciones, que en realidad podemos decir, que hemos elegido. Y hay mucho de cierto.

De tal forma que es una buena idea, antes de tomar una decisión- explorar si hay alguna alternativa que quizá no hemos considerado. Y en la vida diaria, la variedad enriquece las experiencias, porque variedad es otra forma de decir, que hay alternativas, opciones, variantes.

Llevando esto aún más allá, se ha relacionado a la libertad, algo valiosísimo, con las posibilidades de elegir. Mientras más libres somos, más podemos elegir lo que nos plazca. En la política lo saben bien, y solemos tener la idea de que mientras más partidos políticos aparezcan en la boleta electoral, gozamos de más democracia. Y se critica a los estadounidenses por tener solo 2 partidos políticos, diciendo que al final ¨son lo mismo¨. De hecho, al acto de organizar y llevar a cabo las votaciones, de donde surgirán los gobernantes, les llamamos así: “elecciones”.

Y al leer un menú de restaurant sucede algo similar, gran variedad de platillos genera sensación de poder a tu alcance, aunque las estadísticas nos dicen que la mayoría suele elegir de las ofertas especiales, combos y demás. Ni que decir de los paquetes de televisión por cable, ¿cuántos canales quieres: 180, 250, más de 300?, y eso que bien sabemos, que no nos alcanzaría el tiempo, para ver toda la programación, aunque la estemos pagando.

¿Y qué tal los modernos teléfonos celulares?, los queremos cargados de características y funciones (opciones), que jamás utilizaremos -es más- ¿quién de ustedes ha leído los manuales de los dispositivos móviles, que han pasado por sus manos? Antes un teléfono solo realizaba y recibía llamadas, luego pudo recibir y enviar mensajes de texto. Ahora ¿qué no puede realizar un “smartphone”?

Pero así somos los humanos, y tendemos a percibir cierta seguridad al saber, por ejemplo, que se puede escoger de entre muchos artículos del guardarropa, tener distintas playlists musicales en el dispositivo móvil para escuchar, que en la próxima salida se puede acudir a un restaurant de comida china, italiana o mexicana. Y la lista de ejemplos seguiría…

Y entonces podríamos deducir a la inversa, que menos opciones, pueden generar en el individuo, sensaciones de incapacidad y frustración. Pero todo indica que no necesariamente es así, sino como diría el famoso “slogan” de una compañía de bebidas alcohólicas: “Nada en exceso, todo con medida”.  Y es que un exceso de alternativas u opciones, contrario a lo que se pudiera creer, puede llegar a ser perjudicial, en ciertas circunstancias. Y diversos estudios parecen apoyar esta idea. Presten mucha atención a lo siguiente:

Para empezar, cuando hay gran cantidad de opciones, existe la posibilidad de que la indecisión tome control, desde una manera leve, hasta llegar en ciertos casos a paralizar al individuo. Pues cuando hay tanto de dónde escoger, ya no siempre es tan sencillo elegir.

Imaginen a una joven dentro de una zapatería, el tiempo transcurre y se ha probado ya muchos modelos de calzado, trae recursos con que adquirir un par. El problema ahora es cuáles zapatos - hay tantos- y por su mente pasan los beneficios -y desventajas- de éste o aquel par. Los minutos transcurren y la indecisión -dependiendo de la personalidad por supuesto y otros factores- suele hacer acto de presencia.

Pero no se sorprendan si esa misma joven, del ejemplo de la zapatería, una vez adquirido un par, llega a su hogar pensando en los modelos que tuvo que dejar, quizá se trajo los equivocados, y tiene que lidiar con dudas así sobre su elección. ¿Les ha sucedido?

Investigadores como David Myers, Robert Lane y Barry Schwartz, todos ellos autores de distintas obras de investigación conductual, han concluido que una cantidad enorme de opciones, pueden provocar ansiedad, frustración y depresión. Toda una sorpresa para muchos.

Incluso Schwartz comenta de manera personal, que en “sus tiempos”, ir a la tienda de ropa a adquirir un pantalón de mezclilla, era de lo más sencillo. Se escogía una de 2 o 3 marcas, todos eran azul oscuro, solo se probaba la talla en el vestidor y listo.

Hoy es muy distinto, la mezclilla viene en casi todos los colores, se encuentran deslavados, tratados con ácido, tallados con piedra pómez, sopleteados con arena, corte regular, de bota, recto, slim, skinny y ultra skinny, entre muchas otras opciones.  Y según Schwartz, queda la sensación de que uno de tantos, era casi perfecto, y que se compró un buen artículo, pero que quizas -solo quizas- allá en la tienda se quedó el mejor.

Respecto al área médica, tener 2 o hasta 3 opiniones de un cirujano, antes de proceder con una intervención quirúrgica, sería definitivamente recomendable. Pero ¿qué pasaría si un paciente acude con 4 o 5 médicos, a solicitarles orientación respecto a un delicado procedimiento de este tipo? Lo más probable es que terminaría confundido, inseguro y -efectivamente- hasta paralizado, deteniendo sus planes hasta tener más claridad al respecto.

Dándole así la razón a las investigaciones que indican, que un exceso de opciones no necesariamente es algo positivo. ¿ustedes -apreciables lectores- qué opinan?

Yo en lo personal, voy a buscar la mayor cantidad de opciones disponibles -lo prefiero con sus riesgos- a muy pocas alternativas, también con sus riesgos. Todos los humanos nos enfrentaremos a distintos problemas y retos a lo largo de la vida. Es inevitable. Y mejor enfrentar esos problemas con recursos; a enfrentarlos sin ellos.

Sin embargo, ya estoy más atento al elegir, y les digo:  la próxima vez que vean una multitud de opciones frente a ustedes, y tengan los recursos para tomar una decisión, valoren mucho el hecho de poder elegir, pero presten atención a no perderse entre tantas alternativas, sabedores de la ansiedad, indecisión y hasta parálisis, que puede acompañar a estas circunstancias.

Ha sido un placer escribir de nuevo para ustedes. Reciban un saludo cordial, hasta dondequiera que estén leyéndonos, y desde nuestra muy querida frontera chihuahuense, en México. Si este tipo de lecturas ha sido de su agrado, apoyen nuestro proyecto compartiendo el material de Líderes X en sus redes sociales.

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