Viernes, 17 Mayo 2024

X X LA SALUD

¿Te encanta el Chisme?

¿Sabías que toda opinión, crítica o chisme que sale de tu boca, habla más de ti que de la persona o situación a la que te refieres?, ¿Sabías que al emitir un juicio sobre alguien o algo quien queda realmente expuesto o expuesta eres tú?

Es necesario que estas bien alerta y consciente sobre la doble cara de los juicios.

¿Qué son los juicios? Se entiende un juicio como una opinión razonada que alguien se forma sobre una persona, cosa o situación, en general sobre todo aspecto de la vida. Y son parte fundamental de la vida de todo ser humano.

Al ser seres pensantes y racionales, los seres humanos interactuamos a través de los juicios. Vivimos en ellos de una manera inconsciente. Son parte de nuestra naturaleza.

Vivimos en los juicios porque toda actividad de nuestra vida, llámese convivencia, aprendizaje, relación, educación, trabajo, juego, participación social, etc., se desarrolla en base y gracias a los juicios. Difícilmente podemos prescindir de ellos, pero esto no implica que no podamos identificarlos y quitarles su poder sobre nosotros. Ahí es donde está la clave.

Nuestros juicios nos conducen por la vida, pero también nos manejan, nos controlan y determinan el tipo de relaciones que tenemos con los demás y con nosotros mismos, determinan nuestra salud, nuestra realización, nuestra felicidad o desdicha, determinan el tipo y calidad de vida que tenemos.

Déjame aclararte algo, no hay juicios verdaderos ni falsos. El juicio siempre vive en la persona que lo formula. Toda idea es siempre dicha por alguien que, al emitirla, revela quien es, más no revela una realidad absoluta sobre lo que es emitida dicha idea.

JUICIOS = OPINION

Los seres humanos desde que somos pequeños hemos sido programados, hemos sido cargados de creencias y paradigmas que han definido nuestra vida hasta el día de hoy y definirán nuestro futuro. Dichos programas están perfectamente instalados en nuestro inconsciente y en base a ellos interactuamos, trabajamos, peleamos, amamos, opinamos, juzgamos.

Esta caja de programas y creencias forma parte de todo ser humano, a partir de ella brotan toda clase de pensamientos, ideas, opiniones en automático, sin que podamos ser conscientes de ellos.

Estos juicios u opiniones van en todas direcciones. Hacia nosotros mismos, hacia los demás, hacia las cosas en general, hacia situaciones, hacia Dios, hacia la vida. Por lo tanto en base a ellos, creamos relaciones constructivas o destructivas, situaciones de oportunidad o problemas, dramas o alegrías,  complejos o habilidades, sufrimiento o paz. En pocas palabras, con ellos creamos nuestro cielo o nuestro infierno personal.

Es decir, si vemos a alguien sufriendo, es muy seguramente por la historia que se está contando en su cabeza sobre cierta situación en un instante de su vida, por el juicio que está emitiendo sobre dicho acontecimiento y lo que cree que le está ocasionando en su vida. Si la persona cambia su juicio, cambia la manera de sentirse frente a la misma situación.

Por ejemplo, en la muerte misma de un ser querido, hay quienes ven desgracia y desolación mientras hay quienes ven descanso y paz eterna. ¿Qué manera de pensar es la correcta? Ninguna ¿Qué manera de pensar está equivocada? Ninguna. ¿Cuál juicio te libera y te da paz? Tú elige.

En la vida, hay quienes siempre ven problemas y hay quienes siempre ven oportunidades. Todos tenemos amigos o conocidos que todo lo ven mal, todo es negativo, a todo mundo critican, de todo se quejan. Siempre ven algo malo en cada situación. Así como también tenemos la otra cara de la moneda, amigos que siempre tratan de ver lo bueno de cada persona, situación o cosa. ¿Quién será más feliz, quien llevara una vida más tranquila, más en paz, más ligera?

Ahora bien, ¿son los juicios saludables o no? ¿Son los juicios buenos o malos?

Los juicios no son buenos ni malos. Simplemente son. El gran poder de los juicios reside en las puertas que nos abren y nos cierran en nuestra vida, en las posibilidades de acción que nos presentan.

Si tú tienes la creencia (juicio) de que en momentos de crisis es muy difícil prosperar y salir adelante, es muy probable que tus acciones y resultados te den la razón. Por el contrario si tú crees que en estos momentos de crisis se abren nuevas oportunidades de crecimiento y tu creatividad puede desarrollarse, tenlo por seguro que tu manera de actuar será completamente distinta.

¿Qué juicios te están frenando en diferentes áreas de tu vida?

Es importante tocar un punto medular en este tema acerca de los juicios y es referente a la doble cara que los juicios tienen. Cada vez que los seres humanos opinamos o damos una idea, de alguna manera revelamos quienes somos o la forma en que pensamos, quien queda expuesto somos nosotros, quedamos al descubierto. Se deja ver lo que traemos en nuestra mente y nuestra manera de sentir.

Una opinión expresada quita la máscara que tenemos sobre nosotros y deja ver fácilmente lo que guardamos en nuestro interior.

Si alguien señala, por ejemplo “los niños son latosos e impertinentes”, realmente no está hablando de una verdad absoluta acerca de los niños y no puedo considerarlo como algo real, pero si me dejará claro la manera en que esa persona ve y percibe a los niños, lo que opina de ellos. No sabré algo sobre los niños realmente, pero si sabré algo sobre la persona que emite el juicio. 

Lo que dice el juicio se encuentra dentro de nosotros, no afuera. Se revela nuestra alma. Una cara mira hacia el mundo, la otra mira hacia el ser que somos (Rafael Echeverría – Ontología del Lenguaje).

Así que cuando estas criticando, “chismorreando”, o estas burlándote u ofendiendo a otra persona, de quien realmente estás hablando es acerca de ti, del tipo de persona que tú eres, de lo que llevas guardado en tu interior. Estas mostrando tus pensamientos, tus sentimientos, tu manera de moverte por la vida y vivirla. ¡Ten cuidado!

“El hombre bueno, del buen tesoro de su corazón saca lo bueno, y el hombre malo, del mal tesoro de su corazón saca lo malo; porque de la abundancia del corazón habla la boca”. Lucas 6:45

¿Quieres cambiar la calidad de tus relaciones, tus logros y resultados? Cambia tus juicios y el camino será limpiado. Tus juicios son quienes dirigen tu vida, en base a ellos te comunicas, actúas, sientes, sufres, gozas. A través de ellos, ¿aceptas o rechazas, amas u odias?

Es necesario que empieces a observar tus juicios acerca de todo y de todos, y una vez que los observes, comienza a cuestionarlos y dejarlos de ver como verdades absolutas. No lo son, son solo programas puestos en ti de manera arbitraria que has hecho tuyos al grado de ya no refutarlos.

“La consciencia nos hará libres”. Edgar Elí

Hazte consciente de ellos, si de verdad buscas una transformación, es mandatorio que empieces a detectar todos aquellos juicios que marcan tu vida. Si de verdad buscas vivir más en paz, con más tranquilidad y libertad empieza a observarte, a darte cuenta como juzgas, desde que “verdades” estas parado o parada.

¿Con que ojos estás viendo tu vida? ¿Qué observador estás siendo del mundo, cómo participas en él? ¿Ves un mundo lleno de lucha y competencia, o ves un mundo lleno de compasión y ayuda mutua?

Presta atención a lo siguiente, tus juicios te atan o te liberan, te hacen una persona rígida o tal vez flexible. Te convierten en una persona negativa, pesimista o bien en alguien positivo y optimista. Tus juicios pueden tumbarte o empoderarte. ¿Qué camino eliges?

¿Son tus juicios una carga o te hacen tener una vida más ligera?

“El que esté libre de pecado que tire la primera piedra”.

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