¿Cuántas veces no sientes que tus problemas se quedarán contigo para siempre y que no existe una salida pronta aparente? Cuando te sientas de esta manera, solo recuerda lo siguiente…

El asunto del que vengo a platicarte el día de hoy es algo fuerte pero sumamente liberador, y si lo aplicas realmente a consciencia en ti  podría  cambiar la manera en la que  transitas por tu vida y el tipo de experiencia que estas teniendo de ella.

En este viaje en el que vamos todos juntos al que llamamos vida, todo pasa y nada es para siempre, así de sencillo y simple, sin letras chiquitas. Grábatelo bien, “Todo, absolutamente todo pasa y nada es para siempre”.

Por todo me refiero a todo, tanto lo que consideramos “bueno” o “malo”. Una relación, la escuela, tu trabajo, un negocio, un fracaso, un logro, una tragedia, la más grande felicidad, el matrimonio, una enfermedad, tu soledad, la pandemia y por supuesto tu vida misma.

Todo va a terminar en algún momento y de alguna manera, solo es cuestión de tiempo. Si no me crees voltea un poco a tu pasado para que observes. Tu historia me dará la razón y aquellas cosas que todavía están contigo, eventualmente se irán, tú te iras.

¿Suena feo verdad? Pero es cierto, por lo tanto es mejor que lo empieces a percibir de esta manera, por tu propio bien y felicidad. En la medida en que aceptes esta verdad irrefutable y seas realmente consciente de ella, tu vida será una experiencia más plena y dichosa.

Tal vez parezca una forma pesimista de ver la vida, no lo es. Si lo piensas bien, el estar alerta de la temporalidad de todas las cosas, te invita a disfrutar de cada momento al máximo,  a no malgastar ni desaprovechar nada, te invita a vivir en completa presencia e intensidad. Y por intensidad me refiero a vivir de una manera más presente, con tus sentidos bien puestos en dicha situación, persona, actividad, sensación.

Tu pareja no va a estar contigo para siempre, eso es una mentira. En algún momento tu relación se va a terminar. El cariño se muda, el interés se acaba, o la chispa se apaga como gustes llamarle o bien uno de los dos fallece. La otra parte se va de ti o tú te vas. Con tu trabajo o negocio igual, en cada circunstancia de tu vida será el mismo caso. 

Entonces si esto es así, ¿Por qué no empeñarte y ponerte como propósito fundamental el disfrutar de las cosas, de las personas, de las situaciones en completo amor y agradecimiento mientras te estén acompañando en tu viaje?

Solo por este día, sin pensar en lo que fue o en lo que vendrá dejando de lado el pasado y el futuro que tanto te distraen de lo único que existe, este preciso momento que siempre es  único, con esa pareja, con ese hijo, con esos padres, en ese trabajo, en cualquier vivencia.

Valora cada momento, a cada persona que tengas a tu lado, cada éxito y cada fracaso, con sus alegrías o sin sabores. Cada uno es irrepetible. ¿Por qué desaprovecharlos con reniegos, quejas, reclamos, amargura e insatisfacción?

¿Cómo tratarías a tus padres si supieras que hoy es el último día que pasarás con ellos? ¿Qué harías con tus hijos si supieras que mañana se irán de tu vida? ¿Cómo vivirías tu relación de pareja si tuvieras los días contados con ella? Un día todo esto se hará realidad, solo el cuándo es incierto.

¿Cómo vivirías tu vida si te dijeran que te vas a morir? Recuerda esto, te vas a morir. Tal vez no hoy, ni mañana o tal vez si, nunca se sabe, pero no hay nada más innegable que la transitoriedad de la vida, de tu vida.

Tu cuerpo es temporal, tu niñez, tu juventud, la etapa adulta y tu vejez. Todo tiene un principio y un final. Entonces aprovecha, no pretendas tampoco acelerar las etapas y querer vivir más rápido. Las cosas a su tiempo ya que un día te vas a querer regresar. 

¿Por qué no hacer de cada vivencia la experiencia más maravillosa e increíble que puedas tener en ese momento para experimentarla de una manera más viva, plena, más real y perfecta?

Sé consciente de que todo se irá.

Todo pasa, nada es para siempre y no podemos hacer nada al respecto. Solo entonces nos queda una opción aparente, disfrutar, disfrutar al máximo de todo y de todos, de lo bueno, de lo malo. Haz de todos y cada uno de los momentos de tu vida una experiencia única. No te permitas vivir de otra manera.

Acepta y agradece constantemente todo lo que esté en tu vida. Valóralo, ámalo, disfrútalo, haz que el día de hoy cuente, que todo lo que vivas cuente, que sea especial porque nada permanece.

Recuerda que todo pasa y todo pasa para nuestro bien.