Nuestros juicios nos conducen por la vida, pero también nos manejan, nos controlan y determinan el tipo de relaciones que tenemos con los demás y con nosotros mismos, determinan nuestra salud, nuestra realización, nuestra felicidad o desdicha, determinan el tipo y calidad de vida que tenemos.
¿Con que ojos estás viendo tu vida? ¿Qué observador estás siendo del mundo, cómo participas en él? ¿Ves un mundo lleno de lucha y competencia, o ves un mundo lleno de compasión y ayuda mutua?
Presta atención a lo siguiente, tus juicios te atan o te liberan, te hacen una persona rígida o tal vez flexible. Te convierten en una persona negativa, pesimista o bien en alguien positivo y optimista. Tus juicios pueden tumbarte o empoderarte. ¿Qué camino eliges?
¿Son tus juicios una carga o te hacen tener una vida más ligera?