Los seres humanos somos un engrane de cuerpo, mente-emociones, y espíritu, desde la niñez a través de todas las etapas de nuestra vida vamos acumulando poco a poco cierto sobrepeso en nuestro sistema. En esta ocasión, no me refiero al sobrepeso físico que todos conocemos, si no al sobrepeso emocional, que son todas aquellas cargas emocionales de nivel bajo que se van adhiriendo a nosotros a través de nuestras experiencias y que van dejando huella en ese engrane que somos.
Ese sobrepeso o cargas emocionales son una serie de emociones, sentimientos o sensaciones negativas acumuladas en nuestro sistema, que dificultan nuestra capacidad para desarrollarnos en plenitud como seres humanos y por lo tanto nos impiden ser felices. Nos impiden evolucionar y alcanzar el estado máximo de realización personal.